viernes, 28 de septiembre de 2012

LA OSCURIDAD DE WILLIAM

Sentado en el sombrío cuarto, cuando se tornaba solitario en ése, su refugio… el encanto aparecía, el sol que con apenas luces en hilos entraba, lo trasladaba a alguna otra dimensión,  una donde toda reflexión se sumía a la locura, creando así ése su misterio más grande, el que William guardaba. Nada se sabe de su recluida vida, pero su cuarto, él sí lo sabía, allí tras su puerta la dimensión de los exotérico y esotérico se apoderaban de él, y sus obras se trazaban a carrera. Nadie supo de sus intimidades. 

 El sol y esas campanas, le revelaron un camino hacia esas cosas inentendibles para el mundo ordinario, desentrañando  los hábitos más instintivos del hombre y obrando con este don de hallar los perfecto ante el obstáculo que toda naturaleza impone. La virtud de encontrar lo bueno siempre en desmedro de la pobreza del ser.

Sólo ella lo descubrió, al morir éste su admirado poeta, entró y al cerrar la puerta, la oscuridad se convirtió en albor, ése que la llevo a sentir cada personaje, su duda, su vacilación, la visión del Creador contra el hombre, su incansable y eterna marioneta y la obstinación entre ambos, y la suma de ambos.

 Si has vivido, si has sufrido, sentido y llorado entonces junto hemos podido comprender a Shakeaspeare…
MERCEDES RAQUEL ENRIQUE
BUENOS AIRES - 2004 -.

 

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