Mis sombras
Afuera hay un sol
y no es más que un sol
Pero los hombres lo miran
y después cantan.
ALEJANDRA PIZARNIK
Hete aquí mi garzo respirar,
que tiñe mis uñas
y no es dolor el que ahoga
sino la lontananza.
Parvo y fortísimo,
es quien lo impone.
Bajo amenaza de muerte,
coagula la sangre y la impotencia
A propósito, pugno por resollar
haciendo notorio que aún vivo.
Pero este cielo se ha puesto a llorar
quitándome así todo consuelo.
Yacen mis sueños cautivos
entre mis lazos de niña.
El aire ya me era prohibido
y la ventana, mi mejor amigo.
Resignada y entre mis lecturas,
le he ganado al tiempo.
Sigo dejando vacía la sepultura
y aventajando la jugada al entierro.
MERCEDES RAQUEL ENRIQUE SETIEMBRE 2020
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