lunes, 15 de noviembre de 2010

He de volver al libro...


Cuando leyó ese párrafo cerró el libro, sin dudas eso de pensar más allá de su razón y sus inquietudes individuales, le causaba estupor.
Sentir que atreves de cada oración descubría a esa mujer que sabía vivía en ella, pero que tan inteligentemente ella había dormido para llevar una vida más tranquila. Sin los sobresaltos que da el sentir y mucho más aún el amar.
Sus pensamientos no superaron el labrador y el soldado que llevamos dentro, ese labrador que tan solo trabaja en pos de que la tierra le devuelva el fruto de meses de labriego, y el soldado que a fuerza de armas logra todo aquello que se le ha encomendado.
Desiste del soldado y tan solo se queda con el labrador que esperará que ese hombre del que se ha enamorado en algún momento vuelva a ella, porque ahora no sabe en qué lugar de su vida está. Su amistad la consuela pero su piel lo extraña.
Quizás en algún momento vuelva a abrir ese libro y hasta se atreva a escribir nuevas páginas, en donde el riesgo y el amor sean los protagonistas. Hoy tan sólo espera.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Derecho a amar...



Los días transcurren agitados entre mi rol de padre, de esposo, socio y profesor. Y entre tantos roles me he olvidado del hombre, ese que siente sin tiempos, que sueña con una sol abrasador que lo envuelva junto a su amor en un fría mañana… La frialdad se ha enclavado en mi alma, y el dolor de la lejanía me va poniendo en el peor rol, el de la soledad compartida…

No puedo explicar ni cómo ni dónde sucedió, pero sucedió. Un día cualquiera me encontré sintiendo a esa mujer más cerca de lo esperado. Las charlas se extendían, y mi necesidad de ella también. Fue así que nos citamos con la excusa de un almuerzo, no cerraba en el marco del ideal de belleza esperado por mí de una mujer, pero había algo en ella que me atraía demasiado, quizás haya sido ese límite a punto de romperse entre lo sexy y lo vulgar… En verdad no lo sé a ciencia cierta. Parto del restaurante convenciéndome que no me gusta, que no es lo que esperaba. No intento contactarla al contrario, evito llamarla o conectarme al MSN. Pero con el transcurso de los días el contacto es inevitable, y me encuentro con su enojo y su reclamo ante mi desaparición, allí comprendí que me importaba más de lo que yo mismo quería. Tal es el dolor ante el sólo pensamiento de perderla que debo esconderme en un rincón de mi casa a llorar, sí a llorar con dolor en el alma, como hacía mucho no sucedía… valiéndome de cualquier excusa logro salir de mi hogar y partir a su encuentro, tomo un taxi al azar, y llego, entre el dolor y mis lágrimas le confieso mi amor, ella no me cree, nos abrazamos en un llanto profundo y nos besamos, sabiendo que este amor nos está prohibido… Ella quiere una historia verdadera, después del fracaso de su matrimonio, y yo me debo a esa mujer que me ha dado lo mejor que tengo, mis dos hijas y con quien a pesar de su salud disfruto de la tranquilidad del amor fraterno… Son tan distintas una de la otra una ha dado más de lo posible, y la otra es un torrente de caprichos egoístas, y con su razón por delante siempre. Nos despedimos con las almas desgarradas de dolor y de amor, desde el taxi le envío mensajes de textos y ella me los responde y así transcurre el viaje de regreso a mi refugio.
Fueron sucediéndose los días y con ellos los mensajes y las charlas en el MSN, y en cada una desistíamos de este amor, en la otra nos dábamos permiso y así, pero siempre sabiendo que nunca le pertenecería a ella por completo, sólo sería un amor con límites, el límite que da tener una esposa y dos hijas a las que no dejaría jamás, pues las tres son el sostén de mi alma. Su orgullos le impide un amor así, y mi amor es tan grande que tampoco le pediría que ocupe un lugar, cuando mi deseo es que sea ella sea la mujer ante el mundo… las comunicaciones van y vienen hasta que volvemos a encontrarnos en un café, en una mañana fría, mi abrigo me da el calor deseado y el sol en mi rostro entibia mi alma devastada. Al final quedamos en seguir este amor hasta que podamos, hasta que no nos haga mal, fueron tres meses de amor, de encuentros y desencuentros, de ida y vueltas.
En octubre nos despedimos como siempre, nada hacía sospechar de su decisión, en noviembre nos veríamos, pero al llegar la fecha desiste de tal encuentro, y se enoja si yo no la contacto y sino insisto en verla, fue allí donde supe de sus caprichos de hija única, quizás en ello radica mi amor, es la antítesis de mi esposa.
En marzo tras almorzamos, pero nada cambia…De allí en más me aturdo con el trabajo y trato de seguir sin pensar en que la necesito, me llega justo ahí un oportunidad de viajar a París por un proyecto, y creo que la distancia es la oportunidad para olvidar y olvidarla, nada se hace cierto, pues en cada calle la recuerdo como si estuviese allí viajando, lejos pensé que me iba a olvidar de ella, o al menos por ese tiempo...No fue así, quería que estés en cada lugar que veía, quería que estés conmigo. Me acuerdo de caminar por la Rue de Sèvres y haberte querido llamar para que mis ojos en ese momento sean los tuyos, si hasta te vi en ese reflejo de Lancome, para solamente verte en el aroma tuyo, quería que me acompañes en esa cena en Paris, no hay lugar en que no hayas estado no hay sitio en que me haya olvidado de vos… aquí estoy valiéndome de tu recuerdo para recorrer esta ciudad que invita a amar. Ese aire de París que huele a amor, sus pequeñas callecitas repleta de recovecos que incitan a esconderse del mundo, tal y como lo hubiera hecho yo de tenerte a mi lado en ese momento.Cuando volví y te vi...no sé si me viste, pero me sentí morir estabas tan linda tan maravillosa, tan enamorado mis ojos, mi alma, mi corazón de vos, pero sólo te vi.Con el correr de los día me contactaste y mi hiciste saber de tu enojo al no responderte mensajes que me habías enviado, pero yo no supe de ellos, mi viaje me lo impidió. Y hoy así estamos tu entras al MSN, y yo aparezco desconectado pero mi corazón no, el da un salto cuando aparece el cartelito de que has iniciado sesión, me duele ver que me invitas a escuchar el tema que estas escuchando… Me duele pero es la única forma que he encontrado de escaparme de vos, de mi, de este amor que ha hecho volver al hombre a mi cuerpo, se que tarde o temprano volveré a ti, juro que haré lo posible por no hacerlo, pero dentro mío sé, que esta historia aún no ha terminado… ojala algún día sepas que te amo más de lo que cualquiera puede hacerlo, quizás te reproches en un futuro por no haber aceptado este amor que para ti es a medias. Y para mi es la única forma en que te puedo amar aunque tu orgullo te impida verlo…

El amor a mi reina...



Hammurabi y su reinado interminable, Naboplashar, Senaherib y yo, Nebuchadnezzar hemos dado riqueza a esta querida Babilonia.
Pero el poder que da a todo hombre reinar en un pueblo tan prospero no da ni la mitad de la felicidad, que da ver feliz al ser amado, y mi amada no lo es, se lo noto en su mirada, que se pierde en la nada mirando por la ventana de su cuarto en el palacio… es como si la nostalgia de algún paisaje se apoderada de su mente, esta noche hablaré con ella, no tolero más ese aire de tristeza en su mirada que se escapa.
Llega la noche y me dirijo al cuarto pido hablar con ella y ella accede, y me dice que le hace falta vida a este palacio que las plantas y flores la harían feliz, que si además hubiese animales exóticos disfrutaría de un paisaje hermoso cada mañana al despertar.
No le prometí nada y esa misma noche hable con los ingenieros del palacio, nadie apoyaba mi pedido hasta que el más joven e intrépido dijo que era posible y comenzó la magistral obra.
Piedra sobre piedra en forma escalonada, columna y más columnas, plantas que se extendían por cada rincón, y el más monumental de los trabajos fue el canal de riego, desde el Eúfrates se tomaba el agua, y por un canal este se acercaba a palacio, dando por finalizado el primer proceso de riego artificial… La tristeza de mi reina era mucha y pensé que no llegaría con vida a ver mi regalo, pero un día con apenas fuerzas para caminar la tome en mis brazos y la lleve al ala principal del palacio y allí su rostro se iluminó al ver la obra, al fin era feliz… Cada mañana dábamos caminatas interminables por los senderos de los Jardines Flotantes de mi hermosa Babilonia y mi reina nunca más fue presa de esa tristeza que la tiraba en esa inmensa cama, apoderándose de sus encantos y energías…
Nadie sabe si en verdad existimos, pero yo les aseguro que sí, y que eso fue sólo obra del amor…

Dos remos...



Remando durante días llegamos a la corriente de la nada, los remos los sostenía las constancia de seguir sin rumbo en esta vida… el barco era una empresa de ya diez años de existencia, con poco haber y mucho debe, más ausencias que presencias en las juntas, pero al final de tanto remar han llegado a buen puerto…
Ella solitaria espera en la orilla y ya no rema, el sólo en el barco sigue su destino, ambos saben que entre remo y remo hay un espacio vacío de amor y lleno de soledades compartidas, pero aún así prosiguen. Filosofar en charlas de amigos de las estrategias tomadas como armas a la hora de proseguir en este viaje, dónde sólo hay dos remos y un solo barco, al que día a día hay que guiar para que no pierda el rumbo, y llenarlo de colores cada vez es más necesario para mantener la empresa en curso…
Es la historia de amor de siempre, ella se enamora el se deja amar, ella da todo y el tan sólo toma lo que le dan… y llega el momento en que ella se cansa de dar y el sólo esta acostumbrado a recibir y el barco que tenia rumbo lo pierde y hay que remar en contra de la corriente…