lunes, 26 de septiembre de 2011

GRACIAS A DIOS HA MUERTO...

Muere como muere la noche,
la apagada constancia del dar,
sólo obtuve de ti los reproches,
y yo tan sólo quería AMAR.
Muere como muere la tristeza,
cuando llega la caricia de un niño,
pues aleja todas las asperezas,
de éste que fuera tu enfermo dominio,
Muere la soledad sin cobijos,
engañada con dádivas de un amor que no es tal,
saco de mi frente el crucifijo,
y advierto por fin que el dolor ya no está.
Muere la muñeca de trapo sin razón sin verdad,
y ya no cree en que el amor pueda dañar
pues tú tan solo quisiste que viviera sin paz
para que en tu regazo me pudiera abrigar.
Muere para poder vivir sin plegarias,
se abraza a la vida y hasta al sonreir,
y ojalá encuentres tú a tu complentaria,
para saciar tu sed de maldad en el vivir.

Muere y no sabes lo bien que se siente,
volver a respirar sin tu mirada en mi espalda,
sin la palabra y comentario hiriente,
sin que midan tu caricias, tu verdad y tu calma.
Muere pero era necesario,
pues ha de renacer fresca,
ya sin tanto corolarios,
y con la vida por presa.

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